Una invitación a cruzar la puerta del paladar
La poética de los colores es una invitación a cruzar la puerta del paladar…un paseo simple y sin rumbo nos lleva a sencillos puertos donde echar el ancla de nuestros sentidos, y cuando convergen varios de ellos, no son necesarias grandes columnas barrocas en la entrada para darnos cuenta de que hemos encontrado un templo. La sencillez es la mejor gala de lo auténtico.
Así llegué a la frutería de Fátima, donde colores y aromas se abrazan para retenerte, entre sorprendido y embriagado por la belleza de lo cotidiano. Texturas, aromas frescos de la tierra, que son un reto para captar con la cámara, antes de satisfacer el repentino deseo dar rienda suelta al paladar y a mi apasionada afición por la cocina.
Cocinar es también un proceso creativo, y viendo expuestos estos “materiales de pintor” las ganas de llenar un lienzo, sobre fogones y encimeras, te pueden convertir en un improvisado y gastronómico Leonardo, al menos por un día.
Podrán intuirse muchas historias; esfuerzo, constancia, ilusión, humildad y amor… todas ellas se respiran claramente, como el petricor tras la lluvia de verano.
No hay más que mirar a Fátima a los ojos para comprenderlo.
